jueves, 24 de enero de 2013

Llamada inesperada

Nunca olvidaré las palabras que dijiste. Ese día fue un miércoles por la tarde, como olvidarlo. Árboles, pájaros y algunos transeúntes por ahí fueron testigos de aquel momento en un principio incómodo (recontra incómodo!), pero luego único y muy especial. Ya no importa quienes nos veían, ni de qué maneras raras lo hacían. Lo bueno es que pasó. Ese día nos miramos a los ojos y nos dijimos la verdad. Verdades guardadas hace 2 años, que fueron explicadas y detalladas en 2 horas entre nosotros, 2 buenos amigos. Conversación profunda, sin máscaras, sin intereses de por medio. Sorry por ponerme feeling, soy así bien sentimental en algunas cosas. Sorry por dejarte de hablar por un tiempo. El perdón es una de las cosas más dificiles de la vida. El perdón trae tranquilidad al alma. Y el perdonarnos trajo profunda alegría, a heridas que creí que jamás sanarían. Tu abrazo al final cayó perfecto, y tus palabras que me dijiste al oído...hicieron humedecer mis pupilas, de nuevo. Aunque ya no te escriba ninguna carta, tu sabes, que yo también te quiero.

Y todo por esa llamada. Gracias, en serio, por llamar a mi casa.

Tú en converse, yo en polo negro, como los viejos tiempos.

"Lo que satisface el alma es la verdad" - Walt Whitman




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